26/1/08

DUARTE: ¿el Utópico o el Modelo de Ciudadano Dominicano?

Para hablar de Duarte hay que fijarnos muy bien en nuestro alrededor, en nuestro sistema de vida como nación y todo lo que ello encierra, hay que hacer esa analogía entre nuestra situación actual y su persona. Muchos ciudadanos dicen: “Si tan sólo a Duarte lo hubiesen dejado gobernar otro rumbo hubiese tomado el país”, en cambio algunos estudiantes de nuestras escuelas se preguntan: “¿Por qué hay que llamarle padre de la patria a Duarte si el sólo fue un pensador y no luchó?, Padres de la patria son Sánchez y Mella que combatieron y usaron las armas”
Lo cierto es que hay mucho que decir de ambas concepciones sobre Duarte. En primer lugar hoy la política se ha visualizado y así se ha visto en todos estos años, como el medio más idóneo para hacer dinero, para ascender socialmente y para engañar a los que se enlistan en las filas de los partidos que existen y que no cambian para nada sus propuestas cada vez que uno de sus candidatos aspira al poder. Duarte fue un visionario apartado de sus propios intereses, por eso se materializó su ideal de independencia; de lo contrario, sin La Trinitaria, esa cohesionadora sociedad que alimentó a los seguidores de Duarte y sus ideas, no hubiese sido posible ser libres hoy y hasta libertinos.
Esa libertad hoy es relativa ya que somos una sociedad “intervenida”, tal cual recientemente expresó el actual mandatario de la nación; ya que no somos capaces de trazar políticas para que haya un comercio regular entre Haití y nuestro país y no una gran cantidad de haitianas que paren en nuestros hospitales y por no hacer reformas pertinentes a nuestra Constitución que definan estrictamente el capítulo de la nacionalidad, quiénes son dominicanos o no y bajo cuáles circunstancias, ya esos niños o niñas inocentes de la situación económica de su país y sus condiciones de vida son dominicanos y dominicanas…
Somos relativamente “libres” porque nuestros políticos nos han acostumbrados a hacer lo que nos plazca y a ganar dinero a como dé lugar ya que ese es el ejemplo que de ellos recibimos y solemos callarnos y no denunciar las injusticias porque sabemos que durante la campaña habrá “papeletas” en las calles y salamis y pollos, tal cual la costumbre “muñecas y bicicletas en la época de Balaguer. Creo que no somos libres sino libertinos.
Duarte, fue aquel hombre que durante su vida supo aprovechar la juventud y viajó para formarse intelectualmente y acatar los modos de vida y políticas de esos países donde estuvo, a eso viene su frase: “Aprovechemos el tiempo”.
Pero duele ver y escuchar, en segundo lugar, un grupo de jóvenes uniformados acabando de salir de su escuela diciéndote que Duarte no merece llamarse padre de la patria porque sólo fue un soñador y no luchó, armas en mano como los demás… Ajá!!! Qué bien porque pueden emitir hoy ese juicio pero no son capaces, si en estos momentos somos intervenidos por alguna potencia extranjera, de tomar esas armas y combatir porque están pendientes en el reggeatton, el iPhone, la Internet, el último modelo de auto, la fiesta del sábado… No tienen esa conciencia porque se ausentan de las clases de moral y cívica y da tanta vergüenza que no saben que cuando se entonan las notas del himno nacional hay que quitarse las gorras, parase derechos y posar la mano derecha en el pecho como honor a quienes les dieron esa libertad.
Duarte fue el ideólogo, si no hubiese un cerebro que decretara, ideara, reclutara y guiara esa juventud luchadora y de gran fervor patriótico, hoy no seríamos independientes.
Aprendamos a ser más gratos, es lo que nos resta como dominicanos. Duarte no fue aquel político que tuvo una campaña de millones, fue un líder que de las precariedades de u época supo hacer ricos a los tantos que pusieron su fuerza y confianza en esos brillantes ideales. No fue un utópico como los jóvenes de hoy le califican fue un grande entre los grandes, fue el modelo ideal de ciudadano dominicano. Lástima que haya muerto pobre, fuera de la patria anhelada y que muchos no le conozcan todavía, que los políticos no lo imiten y que la patria hoy no le agradezca.

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